miércoles, 10 de enero de 2007

Querida Magdalena

Si estás leyendo esto es porque de verdad estas en el horno. Es eso o buscaste la carta para reírte. En caso de que sea la primera, lo lamento mucho. Pero no tanto. Esta carta tiene la intención de contarte quien sos. Desde el principio. Para no olvidar lo que te has convertido. Digo, 31 años de trabajo intenso, llegaste a ser algo muy parecido a tu ideal de gente copada. Ya casi ni te importaba si del otro lado pensaban igual. Ibas con tu onda por la vida y la gente, en general, se reía con vos.
Dejame contarte un poco de vos, de mi. Tenemos 31 años. Mujer soltera. No prejuzgues. La has pasado de mil maravillas. Hombres no te han faltado, lo que hay que ver es si todos valieron la pena. Igual, sos una chica positiva, de todos sacaste algo bueno. Vivís sola. En tu casa. Que te compraste con tu plata. Algo raro en los tiempos que corren. Esto es, en algún punto muy importante para vos. No los tiempos que corren sino tu autosuficiencia. A veces te ha metido en problemas porque la gente es mala y comenta. También asume. Pero lo mismo te la bancas con una sonrisa. De soberbia nada. Al menos nada que salga de la boca para afuera. Se te percibe como una mina divertida, copada, con onda y sensible. Si te conocen mucho, opinan que sos extrañamente vulnerable, sensible y cariñosa. El punto es que pocas personas te conocen tanto.
Vamos a ver tu casa. Es un PH en Palermo. Barrio en el que creciste. Sos bastante cheta. Decís colorado en vez de rojo y eso a algunos, como PH les hace reír. Pero bien. Siempre con respeto.
Volviendo a la casa. Departamento E. “De espléndida” dirías, dijiste, dirás?. Entras por la cocina. Hay un placardcito. Ahí van los fideos, harina, galletitas. Si consumieras latas, irían ahí. Hoy por hoy tenes un problemita de polillas. Acordate, tenes alergia a la naftalina. Ya verás como lo solucionás vos. Yo no pude. Siguiendo... Horno, hay que tenerlo un ratito apretado una vez encendido hasta que arranca solito. Como los chiquitos cuando aprenden a andar en bici. Hay un hornito eléctrico. Te copa porque te hace las tostadas del desayuno mas ricas. Tu desayuno preferido del mundo entero es una gran gran taza de café con leche (casi partes iguales) y tostadas con manteca. Si hay sal mejor. Solo un hombre aprendió a hacértelo y llevártelo a la cama. Le puso flor y todo. No vamos a hablar de hombres. No en esta carta.
Living: ves esa pared naranja? Representa toda tu energía. Siempre te quedas charlando con ella largas horas. Ella te habla. Los objetos te hablan. Los objetos lindos como los “zapatitos” o collares. Una vez hasta te habló un auto y le contestaste y el dueño estaba al lado. Un papelón. Ese quizás sea mejor olvidar. Living lindo. Con futón incluido. Es que viene mucha gente a dormir unos días. Vos también lo haces. Viajaste mucho (orto capítulo) y quedaste amiga de mucha gente que vive lejos. A veces ellos y ellas también te visita. Siempre hay alguien en tu casa. Lo habrás visto con la cantidad de gente que te fue a visitar o te llamó. Ya veremos a quien queremos y a quien no tanto.
Pasamos al patio. En este patio vivió Catalino. Tu pato. Que resultó una pata y cuando te enfermaste se murió. Te pareció un mal presagio. Tonta. Ya pasó. Catalino tenía onda. Te iba a visitar a la cama cuando estabas triste. Te seguía por toda la casa y al final había aprendido a cagar solo en el patio.
El cuarto. Lo primero que ves es ese cuadro de la ola. Lo trajiste de Brasil. Te fuiste un Agosto y la pasaste re lindo. En la comp. Hay fotos. Allá estuviste con tu amigo Victor. Es lo mas. Lo queremos mucho a Victor. Es amigo a secas.
El baño es lindo. Fijate que la cadena pierde si no la tirás bien. No es linda la cortina con las caras sonrientes? Yo digo que si.
Toda la casa fue pintada hace poquito. Un regalo de tu padre.
Otra carta irá sobre ese tema.
Ahora relajá. Metete en la cama y escucha música. Fijate que te gustaba mucho alguna brasilera suavecita como María Rita.
Otro día seguimos.